domingo, 4 de diciembre de 2011

PRESUPUESTO PÚBLICO


Por: María Victoria Robladillo Cairo


¿Aumentamos el sueldo de los maestros? ¿Construimos el Museo de la Memoria? ¿Reponemos los depreciados tanques militares?… El Presupuesto Público es mucho más que la agregación de los costos en que incurren las distintas entidades del Estado;  es un medio tangible para  “leer”  las prioridades del gobierno de turno. A continuación, algunas sugerencias a tomar en cuenta cuando revisemos las cifras del Presupuesto Público peruano.

1.     Un juego de suma cero. En términos netamente presupuestales, un sol más en defensa, es un sol menos para educación; un sol más en salud es un sol menos en transporte. Esto requiere que quienes  pretendan gerenciar el Estado (y sus recursos) tengan la capacidad de leer las necesidades de sus ciudadanos y plasmarlas en planes estratégicos, que otorguen cierto “orden” de prelación a las insaciables necesidades del país, que deben ser financiadas con los escasos recursos públicos.

2.     De intenciones a acciones.  El Pacto Social o FORSUR son apuestas del gobierno de turno con intenciones nobles pero que han alcanzado poco impacto. Y es que la implementación de las intervenciones del Estado va más allá de elegir nombres que vendan o lanzamientos en la prensa. Las intervenciones del Estado tienen que estar correctamente planificadas: con una adecuada definición de objetivos y de población beneficiaria, con una lúcida identificación de las acciones  que llevarían a los resultados buscados e identificación de los instrumentos para medir los avances. Y es que –por impaciencia o por inocencia- se tiende a creer que con asegurar los recursos para determina intervención hemos garantizado su éxito.


3.     ¿Más plata, mejores resultados? Prueba más concreta de esto lo demuestra el sector educación, ámbito de la intervención del estado que debe ser una prioridad nacional. Y es que a pesar del crecimiento de 125% que ha experimentado el presupuesto del sector en los últimos 10 años, los resultados de las evaluaciones en comprensión lectora y razonamiento matemático de los alumnos de la educación pública son bastante pobres. Con esto quiero decir que exijamos estrategias para resolver los problemas del sector educación, con acciones concretas (previamente estudiadas y analizadas), y por supuesto, exijamos los recursos necesarios para implementarlas.

4.     ¿Quién pagas las cuentas? ¿Qué haría usted si el gerente general de su empresa lo hace invertir mucho dinero en infraestructura que no utilizará (es decir, lo hace “tirar plata al agua”? Probablemente lo despediría al día siguiente, si es que no decide emprenderle un juicio. Justamente, necesitamos diseñar mecanismos de evaluación al desempeño para que quienes toman las decisiones de gasto público sean responsables de sus errores y sean premiados por sus aciertos. El ojo ciudadano podría aportar significativamente esta tarea.


5.     El énfasis en los resultados. La nueva administración pública busca orientar la gestión pública a proveer los resultados que el ciudadano espera y valora; un esfuerzo en este sentido lo viene liderando el Ministerio de Economía y Finanzas hace algunos años. Son varios los instrumentos que vienen implementándose, a través de este espacio, me gustaría invitarlos a revisar los informes de evaluación independiente de JUNTOS y los programas de Conservación de Carreteras y el Programa Articulado Nutricional

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