domingo, 4 de diciembre de 2011

INVERSIÓN EN INFRAESTRUCTURA EN EL PERÚ

 Por: María Victoria Robladillo Cairo.
La crisis financiera internacional de los últimos dos años ha reforzado la importancia de la aplicación de políticas anticíclicas, esto significa, defender el empleo  y desarrollar  el   financiamiento para facilitar el consumo, en consecuencia incentivar la demanda  y activar la economía que permitan reducir los efectos adversos ocasionados en el sector real  y financiero; en especial, en  los países emergentes.  En particular,  la expansión del gasto fiscal plantea  la oportunidad de desarrollar  infraestructura.
La infraestructura genera empleo, mejora la competitividad de un país y la calidad de vida de  sus habitantes. El desarrollo de la infraestructura origina externalidades positivas, que permiten a  las empresas ser más eficientes, competitivas y contribuir al desarrollo económico del país; no obstante, lo más resaltante es que estos efectos se prolongan en el mediano y largo plazo. Por ello, muchos  especialistas coinciden en que la mejor política económica para combatir el ciclo económico es la inversión en infraestructura. Entonces, se puede considerar que hoy, analizar la capacidad de un país para desarrollar proyectos de infraestructura equivale a analizar su capacidad para enfrentar una crisis.
Organismos como el Banco Mundial y el FMI señalan la importancia de la inversión en infraestructura, para lo  cual analiza las políticas y medidas necesarias para alcanzar los Objetivos del Milenio, entre los  que se encuentran el combatir la pobreza y alcanzar un mayor desarrollo. Asimismo, se establece   que es necesario un incremento sustancial de la inversión en infraestructura. El informe indica,  además, que los países de ingresos bajo y mediano bajo deberían incrementar posiblemente al  doble su gasto en  infraestructura (incluido  la  inversión más  la operación y el mantenimiento). Esto  significa que las naciones de ingresos bajos deberían aumentar sus inversiones en infraestructura  de 3,5% a 5% del PBI, mientras que las de ingreso medio bajo deberían hacerlo de 2,5% a 4% del PBI.
Las necesidades de  infraestructura varían en  forma dinámica, a  fin de sostener una oferta dirigida a un mercado global y continuamente competitivo. En tal sentido, requiere un impulso permanente, así como  los mecanismos que promuevan su realización de manera sostenida. Dichos mecanismos,  sin  dejar  de  ser  rigurosos,  deben  conducir  a  la  concreción  de  compromisos  de inversión crecientes. De otro lado, la inversión en infraestructura no solo debe ser responsabilidad  de  los Gobiernos,  sino  que  también  debe  ser  asumida  por  el  sector  privado,  obviamente  con  condiciones que  resulten atractivas.
En  el  contexto  de  post  crisis,  tanto  la  inversión  privada  como  la  inversión  pública,  desempeñan  un rol importante para lograr una rápida recuperación económica. Sin embargo, en  nuestro  país,  la  velocidad  y  los  montos  de  inversión,  específicamente  la  inversión  en infraestructura, están muy por debajo de los requeridos para permitir una adecuada velocidad de crecimiento económico.
No obstante, la complicación para invertir en infraestructura no está en la ingeniería técnica  que permite construir el puente, el puerto o la refinería. La mayor dificultad está en la ingeniería  financiera que se  requiere para atraer  la  inversión que el proyecto necesita; en  la creación de  modelos de negocios detrás de cada proyecto, que asegure su rentabilidad; y en un marco legal  adecuado, que brinde seguridad a  los  inversionistas de que se  respetarán  los acuerdos. El problema  en América Latina es que ha sido poco exitosa en resolver estas dificultades. Es por ello que su  inversión en  infraestructura apenas  llega a un monto equivalente a 1,3% del PBI, cuando el mundo  está en 2,2%.
Es de prever que  los resultados que arroje(n) el(los) modelo(s) sean favorables para  incentivar  un mayor nivel de  inversión en  infraestructura, porque así  lo demuestra  la evidencia empírica.
La pregunta que  debemos hacer  los peruanos  y buscar  responder es ¿en cuánto se  incrementaría el PBI de nuestro  país si se lograra un aumento en la inversión en infraestructura?, es decir, ¿cuánto deja de crecer  nuestra economía por no  invertir un monto mayor en infraestructura? Preguntas y respuestas que deben hacer los gobernantes de turno  y dar a conocer en forma trasparente y objetiva  el crecimiento económica de nuestro país así  como las inversiones por una cultura de trasparencia y equidad para todos los peruanos.
La economía peruana con marcados índices de pobreza, cuyo Producto Bruto Interno (PBI) per cápita crece a una tasa de 1.6% durante los últimos 50 años, pasa de mostrar una regularidad estadística en sus números a tener un síndrome causante de la profundización de la precarización de la vida en nuestro país. En este contexto, el crecimiento económico, resulta indispensable para mejorar  la calidad de vida de  la población.
En  base  al  Reporte  de  Competitividad Global  2009-2010,  países  como  Chile, México, Uruguay, Brasil y Argentina han alcanzado una mayor calidad de infraestructura y, por lo tanto,  presentan un mayor PBI per cápita . El  Perú  aún  se  encuentra  en  el  tramo  intermedio  medio   es decir, aún presenta una baja calidad de  infraestructura, que conlleva a un menor nivel de PBI per cápita.  Asimismo, se debe considerar que invertir en infraestructura genera un efecto multiplicador,  de esta manera,  logra externalidades positivas en diferentes  sectores de  la economía.


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